Por último, protestar siempre no significa protestar de cualquier modo. La ética de medios y fines importa: proteger a las víctimas, rechazar la deshumanización y cuidar a quienes resisten. Wiesel advirtió en 'The Perils of Indifference' (1999) que la tentación de mirar a otro lado persiste incluso en tiempos de paz; la cura es una atención activa y paciente. Habrá reveses y cansancio, pero sostener la protesta mantiene abierta la posibilidad de justicia. Así, aun cuando no podamos impedirla hoy, nos negamos a convivir con la injusticia como si fuera normal mañana. [...]