La Incertidumbre Como Pilar de la Racionalidad Humana
Creado el: 18 de mayo de 2025

No estar absolutamente seguro es, creo, una de las cosas esenciales en la racionalidad. — Bertrand Russell
Reconociendo la Duda Intelectual
Bertrand Russell coloca la duda en el centro de la racionalidad, sugiriendo que no tener certezas absolutas es clave para pensar de manera lógica y sensata. Esta visión se opone al dogmatismo, pues promueve la apertura y la flexibilidad mental. Así, iniciar cualquier proceso racional implica reconocer los límites del conocimiento propio y la posibilidad de estar equivocados.
La Tradición Filosófica de la Incertidumbre
Esta postura tiene raíces profundas en la historia de la filosofía occidental. Por ejemplo, el escepticismo de Pirrón y la mayéutica de Sócrates en la antigua Grecia giraban en torno a la confesión de ignorancia como punto de partida del saber. Sócrates declaraba en la ‘Apología’ que sólo es sabio quien reconoce su ignorancia, anticipando la apreciación moderna de la incertidumbre defendida por Russell.
El Método Científico y la Falibilidad
En la ciencia, la ausencia de certeza absoluta es una fuerza motriz fundamental. Los investigadores formulan hipótesis sujetas a prueba y revisión constante, aceptando que el conocimiento es provisional. Tal como enfatizó Karl Popper, la falsabilidad distingue a las teorías científicas: sólo se consideran válidas mientras nadie logre refutarlas, lo que se alinea con la recomendación de Russell sobre mantener la mente abierta.
Ventajas Prácticas de la Incertidumbre
Admitir dudas permite el diálogo constructivo y evita los prejuicios. Quienes reconocen la posibilidad de error toman decisiones más informadas y prudentes, tanto en la vida cotidiana como en ámbitos profesionales. Por ejemplo, en la medicina o el derecho, los expertos más respetados son aquellos que consideran múltiples escenarios y se preparan para cambiar de opinión ante nueva evidencia.
Cultivando la Racionalidad en Sociedad
Finalmente, fomentar la noción de incertidumbre ayuda a construir comunidades más racionales y tolerantes. Propuestas sociales basadas en certezas incuestionables suelen derivar en conflictos o sectarismos. En cambio, la aceptación de la duda, como sugiere Russell, impulsa la humildad epistemológica y facilita el aprendizaje mutuo, sentando las bases para debates más ricos y decisiones colectivas más sabias.