El Poder de la Decisión en la Construcción Personal
Creado el: 8 de mayo de 2025
Crea tu identidad con cada decisión, o deja que la ausencia de elección te defina. — Isabel Allende
La Identidad como Suma de Decisiones
Isabel Allende plantea una noción fundamental: nuestra identidad emerge del cúmulo de decisiones tomadas a lo largo de la vida. Cada elección—pequeña o trascendental—aporta un ladrillo a la estructura de quienes somos. Desde elegir una carrera hasta los valores que defendemos, este continuo ejercicio de decidir nos define, como también sugiere Jean-Paul Sartre cuando afirma que el ser humano se crea a sí mismo a través de sus actos.
La Trampa de la Inacción
Sin embargo, Allende advierte que la omisión también deja huella; la falta de elección implica una identidad moldeada por la pasividad. Aquí, vemos un eco de la frase de Albert Camus: 'No elegir ya es una elección'. Cuando delegamos nuestro destino a la inercia o al azar, permitimos que las circunstancias—y no nuestra voluntad—determinen quiénes somos.
La Decisión como Acto de Libertad
Esta perspectiva destaca la libertad inherente a la condición humana. Elegir es un acto de autonomía y dignidad, que convierte a cada persona en protagonista de su propia historia. Al tomar decisiones conscientes, nos apropiamos del relato de nuestra vida, un principio que resuena en los escritos de Viktor Frankl, quien argumenta que incluso en condiciones extremas es posible decidir la actitud propia.
Consecuencias Personales y Sociales
Además, las decisiones configuran no solo la identidad individual sino nuestro impacto en el entorno. Optar por la empatía, el compromiso social o la indiferencia moldea comunidades y relaciones. Así, el tejido colectivo se construye a partir de millones de pequeñas decisiones, reforzando la importancia de cada acto deliberado, como muestra la historia del movimiento por los derechos civiles bajo líderes como Martin Luther King Jr.
Elegir Actuar con Conciencia
En suma, Allende nos invita a abrazar el poder transformador de decidir conscientemente, recordándonos que toda inacción es también un posicionamiento. A través de la elección, tomamos control de nuestro devenir, asumiendo la responsabilidad de nuestra identidad y contribución al mundo, evitando así que la omisión silenciosa dicte nuestro destino.